AUTORES: Carlos Guillamón y Alejandro Rubert
PROPUESTA: “ La arquitectura árabe nos da una lección preciosa. Se aprecia andando, con el pié; es andando, desplazándose, como se ven desarrollar los ordenamientos de la arquitectura”.
Le Corbusier
Evidentemente no es lo mismo que un museo se sitúe en un centro urbano a que su emplazamiento tenga lugar en plena naturaleza, como es nuestro caso: un paisaje natural, con un lago rodeado de árboles y otros elementos de gran valor paisajístico y ecológico.
Teniendo en cuenta esto, la propuesta parte de tres premisas clave:
A.- Ser extraordinariamente respetuoso con el paisaje circundante.
B.- Respetar el edificio preexistente, poniéndolo en valor.
C.- Crear una arquitectura de recorridos al estilo de la reflexión de Le Corbusier, antes citada.
A.- Respecto al primero de los objetivos, para ser lo más respetuosos posible con el entorno paisajístico existente, se ha optado:
• Por un lado, situar el edificio en la parte este de la zona de actuación por ser la más domesticada, con menos arbolado, lo que permite una actuación que minimiza el impacto visual.
• Por otra parte, la ampliación se sitúa prácticamente enterrada bajo el manto de césped existente.
Este manto es como una alfombra que elevamos en una esquina para situar el edificio haciendo el menor ruido posible y, una vez situado, dejamos descansar de nuevo el manto de césped.
B.- Respecto al edificio preexistente, nos situamos por debajo de su altura de cornisa, de manera que sigue siendo el protagonista, en lo más alto del montículo, sigue disfrutando de su posición preeminente sin que la actuación le haga sombra. Más bien al contrario: desde el edificio que constituye la ampliación se pretende visuales que enmarquen la Manor, dándole ese valor añadido de otra pieza más que admirar estando dentro del museo.
C.-En lo referente a la arquitectura de recorridos, se busca esto tanto en el exterior como en el interior del edificio. Un recorrido que permita, en su exterior, disfrutar al máximo de las vistas y del entorno y, en su interior, una lectura del edificio sencilla pero con los matices suficientes para dotar al espacio de interés arquitectónico sin eclipsar al contenido del museo.
Se propone, allí donde se puede, que los espacios sean abiertos y flexibles para facilitar la atención de necesidades y usos cambiantes.
En cuanto a la iluminación, los cambios de cota en las cubiertas permiten una entrada de luz natural muy controlada, con las ventajas de una ser una luz cenital en los espacios expositivos.
El edificio se semi entierra y al mismo tiempo se abre al paisaje a través de los patios.
En cuanto a la materialidad, se propone cubiertas ajardinadas que provean de continuidad al paisaje. Los muros de carga serán de hormigón armado pintado en color gris antracita. En el interior se busca la luminosidad, por ello se recurre a pinturas blancas y los panelados, puertas y pavimentos de madera clara. El pavimento del suelo se combina con cemento pulido cuando se busca una mayor continuidad como es el caso de las salas expositivas.
Se ha tenido en cuenta también, tanto en la elección de los materiales, como en la ideación del propio edificio. el ser lo más respetuosos posible con el entorno natural, de inestimable a valor. Sin agredirlo y valiéndonos, de lo que la naturaleza pone a nuestro alcance, de un modo controlado y sostenible.